La guerra del Dragón y el León
Preludio 3
La dicotomía de Lionheart
Andrew Lionheart camino por los pasillos de su palacio hasta llegar al balcón más grande y contempló con melancolía la ciudad blanca de Leonaria. Su general y viejo amigo Kurn Alurn, esperaba pacientemente afuera con un informe sobre los despliegues de las tropas y estrategias de guerra que podían desarrollar. Andrew abrumado, recordaba aquellos tiempos en los que correteaba por el continente, teniendo aventuras aquí y allá, solo por la emoción de encontrarse un enemigo a quien enfrentar y a quien vencer, la constante carrera por encontrarse el mismo, por probarse digno de su olvidada herencia y por vivir a los ideales de Marian.
Todo el asunto con Alastar comenzó con la aventura para derrotar a Xion -pensó-, al aceptar el libro del abismo del clérigo en Sodom, había quedado obligado a no poder tocarle directamente, -siempre tendría otra oportunidad- pensaba en ese tiempo, en aquel momento Alastar era el menor de dos males y actuaba de una manera pasiva que al joven Rey le hacía pensar era menos de cuidado, no podía haberse equivocado más.
Llego un momento después de la derrota de Xion que en un extraño evento, Alastar trato de matar al rey Arun de los enanos, gran amigo de Lionheart, en retaliación, Kurn que también llevaba rato esperando su oportunidad contra él, atacó Sodom y la destruyó completamente.
Vientos de guerra soplaron en esa ocasión. Alastar y Lionheart tuvieron una reunión para discutir los eventos que los habían llevado allí. Le invito a viajar lejos, por fuera de los límites del continente, llegando al territorio llamado Aragonessem. Alastar había prometido mostrarle al Joven rey algo que les ayudaría a mantener la paz entre los territorios y a evitar futuros malentendidos.
Sintiendo que tal vez algo bueno podía realmente salir de ello, Lionheart cruzo rápidamente los mares con su poder mágico y su recién descubierto poder mental, al llegar, sobre un grupo de islas en el mar, Alastar hizo una pausa y le aviso que habían llegado. Luego, este creo una llama de color purpura y haciendo un rezo sobre ella invoco la presencia de aquellos que había venido a visitar. Ante los dos un grupo numeroso de hombres de diferentes razas comenzó a aparecer, para sorpresa del joven Lionheart, cada uno de ellos se convirtió en un gran Dragón, con diferente color en sus escamas. En algunos de ellos podía sentir la maldad más pura, en otros una bondad inconmensurable.
El grupo de dragones rodeo al joven rey, el mismo Alastar se convirtió también en un dragón negro de considerable tamaño, igual que los demás y ocupó su puesto en el círculo de dragones. Andrew con la convicción que solo la batalla le había dado a través del tiempo, saco su par de espadas Claymore y hizo frente al grupo sin demostrar la menor vacilación ante ellos.
El más sabio del grupo, un Dragón dorado, rio de buena gana, y explico al grupo que allí se encontraba la preocupación y el juego del que Alastar los había hecho participes, en el, este demandaba, que mediaran el conflicto entre el humano y el. El grupo rápidamente dimitió la reunión, dejando como conclusión al humano que para atacar al Dragón negro debía tener pruebas contundentes de que este deliberadamente lo estaba atacando, en caso contrario ellos saldrían a la defensa de su compañero, un instante después, grupos de alrededor de 30 dragones por cada representante del circulo aparecieron, en una muestra de poderío ante el rey humano.
-Seguramente podrás contra algunos de nosotros- dijo en gutural tono el dragón dorado antes de desaparecer- pero debes considerar si tu pueblo está acorde a la tarea de enfrentarnos también.
Lionheart enfundo sus espadas y se teleporto a su castillo, la rabia lo inundaba, pues era la primera vez que perdía contra una criatura malvada, sin siquiera haber podido dar la pelea. Marian estuvo allí para consolarle, ese día para ella era de alegría, tenía una noticia muy buena para dar a su rey y esposo, pues su primogénito estaba en camino.
Lionheart tomo la noticia como un designio de que no era tiempo para guerra, durante años y años evito los posibles conflictos con Alastar, sus tres hijos fueron alegrías que mitigaban la frustración de ver como su enemigo crecía lentamente formando su propio Reino y manipulando alrededor todo, esparciendo su influencia y maldad como un cáncer.
Cuando el territorio de Colonia comenzó a desecrarse lentamente, el podía sentir la mano del Dragón Negro allí, se lo imaginaba allí, burlándose de todo mientras lentamente le iba encerrando en su propio territorio. Inevitablemente, el tiempo acabo con la actitud alegre, juguetona y bromista de Lionheart. Los años de responsabilidad con su pueblo y la guerra fría con Alastar, jugando con planes y esquemas, solo dejaron el genio táctico y el regente benevolente y taciturno.
Gracias a estas decisiones Leonaria tuvo una generación entera de humanos que no conoció los horrores de la guerra, una civilización que prospero con un desarrollo pluricultural, era una de las cosas que llenaban de orgullo al rey de cuando en cuando. Sin embargo todo tenía su momento.
La hermosa reina había envejecido, para ella, su rey y esposo se encontraba relativamente joven, con fuerzas para vivir y batallar, ella había tenido una larga y feliz vida a su lado, y empezaba a sentir que estaba limitando la vida de su esposo y de sus hijos.
Alastar constantemente venia al castillo a conversar con el rey y a jugar juegos de mesa con él, Según le había contado Andrew, esto era una especie de forma de asegurarse que no estaba tramando nada contra él. De cuando en cuando el Dragón se topaba con ella al salir, esta acción siempre era deliberada y malintencionada. Un buen tiempo atrás se había enterado que estaba intentando enfermarle, usarla para producirle una herida más a su esposo. Hasta que en una ocasión después de que su esposo se distrajo por los asuntos de la adición de La Colonia a Leonaria, y ella estuvo lo suficientemente débil, lo logro.
Cuando murió, su esposo tenía todos los recursos disponibles para traerla de vuelta, incluso de vuelta a sus años de juventud, pero ella se sentía cansada, después de pedir disculpas a su esposo e hijos por no querer regresar les hizo saber que Alastar era el que constantemente había buscado enfermarla.
Al escuchar todo esto, Tanto Aios como Richter, hijos de Lionheart quisieron declarar la guerra contra el Condado de Alastar, sin embargo su padre se los prohibió sin mayores explicaciones y se dedicó a consolar a su hija más joven, la princesa Helena.
Lionheart espero con paciencia a sus “Caballeros Leonarios”, sabía que tarde que temprano Alastar se descuidaría y la evidencia de la querella directa contra él se daría, y podría atacarlo libremente sin la intervención de Aragonessem. Richter y Aios tomaron posiciones distantes respecto a su padre. Richter sospechaba su padre podía tener razones para su proceder y le demandaría paciencia el esperar alguna información o determinación diferente, con esto en mente decidió que buscaría acomodarse para estar en mejor posición para el conflicto que se acercaba; Aios por otro lado no era tan paciente, ni tan comprensivo y estaba muy afectado por la muerte de su madre, así que decidió huir de Leonaria y encontrar su camino antes de venir a buscar venganza contra el dragón.
Cuando la “Muerte Blanca” de Alastar cayó sobre la Colonia, Andrew Lionheart estaba practicando combate con su viejo amigo William, al aproximarse a la ventana sabía que la dualidad en la que se había sentido durante todo este tiempo había llegado a su fin. Finalmente el hacer el bien y el hacer el bien para su pueblo volvían a coincidir, con todo el dolor causado por las muertes de amigos, conocidos y ciudadanos, ahora era libre, su espada y su corona serian una misma.
La paz de Leonaria desde el tiempo de su fundación duro 70 años.
WOW bastante historia tenes!
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ResponderEliminarEste es el comienzo de la segunda Campaña que fue jugada con el mismo grupo de personajes. Existen otras campañas que fueron jugadas y seran incluidas en el blog a futuro, espero luego tambien incluir lo nuevo que estoy dirigiendo ahora.
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