Diario de La vidente 8 (Wodal 12)

Cuatro años después de la gran luz

Dos días antes del eclipse.

Desde el Spelljammer podía verse el sol perderse en el mar al atardecer, el cielo rojizo se sentía como un preludio de la sangre a derramar o de aquella que ya había caído. El grupo de caballeros Leonarios regresaba en el Spelljammer, cuatro años después  de haber salido de Leonaria y el espectáculo a su regreso les quitaba el habla.

Desde salir de la selva negra podían ver las columnas de humo que se alzaban al cielo y los arcoíris multicolores de residuos mágicos que pululaban el aire, las tierras de cultivo arrasadas en los territorios barbaros y los escombros  apilándose en cada ciudad por la que cruzaban al regresar.

Nueva Mera

Desde el borde del barco Kathrynn observó cuando sobrevolaban en Nueva Mera y reconoció muchos de los chicos que alguna vez había rescatado de criminales en su primer paso por la ciudad, cada uno de ellos más grande ahora, ayudando a esconder y a refugiar a los más pequeños, y pensó que la reina estaría orgullosa. Se distrajo por un momento fantaseando con ver a William en algún lugar de la ciudad y su mirada vago por la ciudad hasta que sus ojos en otra figura conocida, Dael que salía de una de las tiendas a esperar que alguno de los barcos pasara a recogerle. De alguna manera había sobrevivido...si podían traer de vuelta a Shiki estarían completos.

Hothet había tenido una mala tarde, al encontrarse con los oficiales del barco, le habían entregado un tejido perteneciente a su familia y con solo sostener el rollo de tela en la mano entendió lo que había sucedido, las palabras de los oficiales solo fueron ecos mudos en sus oídos, pues solamente para el señor de su casa eran guardados aquellas telas. La historia fue contada casi en la noche cuando llegábamos a Leonaria, una gran batalla en las costas de La Colonia había cobrado la vida de su padre y los restos no habían sido recuperados. Dael en un inusual gesto de compasión se ofreció a ir con él a buscar los restos de su padre cuando el tiempo fuera preciso.

Al llegar a Leonaria observaron que  los 4 años de guerra habían cambiado radicalmente el espíritu de la ciudad, había pedazos en los círculos de bosque que habían sido completamente arrasados y algunos ataques habían llegado hasta las murallas y derribado algunos Spelljammers,  En los cielos se veía una nube de escombros que flotaba, según decían los soldados hacia un par de días la barrera que sellaba Aesland, la tierra de los Ryujin había caído, de alguna forma relacionada con el impacto de una construcción como un castillo que había salido de otro plano. Poco sabían los Leonarios de los eventos que sucedían en los Siete Reinos al sur y que de alguna manera impactaban lo que estaba pasando en la guerra.

El resultado al final era lo que importaba, los Ryujin llevaban tiempo esperando poder asistir a los Leonarios y ahora podían hacerlo, los pocos dragones de Aragonessem que se habían saltado el tratado del consejo y respaldaron a Alastar por su cuenta ahora ya tenían quien los detuviera y la superioridad Aérea de los Spelljammers volvía a ser un factor para los Leonarios.

Todas estas ventajas daban la idea a los Leonarios de que la corriente estaba girando ahora a su favor, los oficiales y soldados eran optimistas y la moral estaba alta en las filas, Sin embargo todo esto era algo que difícilmente contagiaba a los caballeros Leonarios, Hothet  y Kathrynn tenían  sus respectivas perdidas, Ronan mantenía en mente que debía prepararse para la batalla y los últimos detalles que necesitaba para revivir a su hermano, convencería al Rey de proporcionarle la pluma de fénix y traería de vuelta a Onan. Dael se encontraba particularmente fastidiado pues no comprendía la naturaleza de los favores de su dios a veces, no veía la ventaja de apoyar un lado de la guerra y los  pedazos de información que tenia sobre Surtur no le servían para relacionar que podía querer su dios de que Leonaria ganara una guerra o no.

En general por encima de todo, lo más importante que hacía que no cruzaran palabra entre ellos todo el viaje era su visión de las cosas, Ronan y Dael habían sido bastante prácticos y consideraron que se hallaban en una guerra, de que no podían darse el lujo de tener compases de moral sobre el bien y el mal, aquí solo eran rivales y enemigos, que podían ser buenos o malos, pero estaban al otro lado del  bando en el que peleaban, Hothet y Kathrynn por otro lado no lo veían así, Hothet tenía una visión sobre la gente que no dependía de la guerra y en su mente ya estaba tocando fondo lo que hacía en esta guerra, ya no podía enfrentar mas enemigos sin saber que eran malvados, se sentía cada vez menos tentado a combatir. Kathrynn llevaba tiempo que solo quería escapar ya de esto, sin embargo sentía una responsabilidad por todo lo que había prometido, por compañeros como Belladona y Dould a los cuales había visto casi morir por esta batalla, algo bueno debían estar haciendo se decía así misma.

Cuando los médicos atendieron a los caballeros  Leonarios para verificar sus condiciones, el traer a Shiki de vuelta no fue puesto en duda un solo segundo como pasaba con algunos otros soldados  y procedieron a llevar los arreglos necesarios para traerlo de nuevo a la tierra de los vivos. Leonaria estaba llena de héroes en estos días, pero el pueblo y el ejército los recibía como Héroes entre ellos, habían traído de vuelta la esperanza y la oportunidad de finalizar aquella guerra de una vez y por todas, a pesar de ello, fue poco lo que lo disfrutaron.

Cuando Shiki fue traído de vuelta se encontró ante la triste noticia de que su madre se hallaba enferma gravemente, en algún momento en la guerra el agua había sido contaminada y la Locura había anidado en aquellos que habían bebido. Kathrynn tampoco tuvo una mejor recibida, al darse cuenta que William y su familia la habían dado por muerta y William ahora se hallaba comprometido con una doncella de Leopardia.

Hothet se reunió con su madre y paso un día con ella, acompañándola y haciendo juntos por unas horas duelo a su padre, el resto de sus familiares y allegados en la ciudad prepararon la ceremonia para entregarle el manto del señor de su familia, al siguiente día Hothet seria envuelto en las telas de su familia y investido en el poder. Sin embargo en la noche cuando todos habían ido a dormir, decidió negarse y salió rápidamente camino a la Colonia en el último Spelljammer que cruzaría esa zona en la noche. Antes de abordar el barco volador se encontró con que Dael le esperaba allí en silencio, con su lanza en mano, como si hubiera esperado todo el tiempo lo que estaba haciendo ahora.  Sin cruzar palabra durante el viaje el par dispuso de todo aquello que necesitaban y el capitán del barco los dejo cerca de los restos de la batalla, allí Hothet dispuso de toda su magia para tratar de traer el cuerpo de su padre de vuelta a casa, sin embargo la suerte no era su compañera esa noche.

Enfocándose en las viejas insignias de guerra de su padre, Hothet creó un hechizo para rastrear e invocar el cuerpo de su padre, pero ante el solo obtuvo rasgadas telas y la armadura de su padre. Yendo un poco mas allá, utilizando algunos conjuros menos ortodoxos, Dael trato de traer los restos  pero era como si ya no existieran. El mago de fuego aun en negación inicio un conjuro más amplio que lo oriento hasta el océano y sin pensarlo dos veces se lanzo al agua, allí después de que nadaran por un par de horas llegaron hasta un lugar  en el fondo del océano, cerca a uno de los barcos donde después de remover todo, encontraron el arma de su padre.

La furia se apodero de Hothet y sus brazos comenzaron a arder en llamas aun estando bajo las aguas, en ese momento una tropa enemiga que se encontraba en las aguas tratando de llegar a la colonia encontró en los Leonarios un objetivo que los traía con una gran luz, poca oportunidad tendrían ante el Clérigo de Loki y  El mago de Fuego que ahora se había convertido en un semielemental.

Después de la rápida batalla Hothet surgió de las aguas completamente cambiado, con sus brazos como brasas ardientes y en su pecho ahora había una gran roca volcánica que surgía por encima de su ahora reseca piel, había perdido el cabello que tenia y ahora se hallaba de nuevo calvo, con una flama que  por momento recorría su cabeza como vibrante cabellera, y finalmente sus ojos tenían un iris rojo como el rubí.

Dael vio como su compañero empuñando la espada de su padre había cambiado de una manera radical y se sintió intrigado. Después de un rato decidieron regresar volando mágicamente y dividieron sus caminos al llegar a Leonaria, Dael partió camino a casa de Shiki, mientras  que Hothet dio por terminada su noche regresando a su casa a sus aposentos, su ánimo esa noche había caído de la furia y la tristeza a un estado bastante plano, así que se sorprendió a sí mismo, cuando al llegar a su habitación dentro de esta lo esperaba la Ninfa Boria, con aquella intensa mirada, como si entendiera que había pasado con el aquella noche.

Boria

La llegada de Dael no podía haber sido mas dramática en casa de Shiki,  a esa hora de la noche una tempestad empezó a golpear fuertemente la ciudad Blanca y la puerta de madera  se abrió repentinamente con una ráfaga de viento mientras relámpagos cruzaban en el cielo. Shiki Observo como el clérigo de Loki se adentro en el salón de su casa y mirando a su madre le ofreció recuperarla de su locura a cambio de algo que el solicitara de el más  adelante.

Shiki considero con algo de desconfianza la extraña proposición de Dael, pero el sin duda sería capaz de hacer lo que fuera por el bienestar de su madre, siempre había querido hacerla sentir orgullosa y por ello se había enlistado, ahora tenía suficientes razones para sentir que ella podía sentirse así… pero no podía razonar para verlo… dentro de sí, quería darle la alegría a su madre y quería sentir esa alegría para el…así que sin pensarlo mucho asintió y Dael comenzó su trabajo.

Ronan termino su camino del día en la forja de su amigo enano, de todos era el único que no tenía un dolor en aquel día, pues ya todo estaba completo para él, el alma de su hermano estaba completa y solo necesitaba terminar sus asuntos aquí para entregarle todo al mago Asrham y que este iniciara el ritual que le permitiría traer a Onan de vuelta.

En la forja su armadura de dragón rojo estaba lista, así como sus armas, Ronan se coloco su equipo lentamente mientras observaba la tormenta arreciar en la ciudad, los truenos se confundían con la Marcha del Ejercito Leonario que iniciaba su ultimo acantonamiento.