El mundo

Descripcion.

Este blog Recoje las historias de varias de las Campañas desarrolladas de en el Mundo de Dungeon and Dragons/Pathfinder.

Las campañas serializadas estan descritas con una sigla por Campaña.


Kotol = Knights of Old Leonaria



Fisk = fugitives in the seven kingdoms



Wodal = war of Dragon and Lion


El orden de lectura primero comienza con Kotol, luego Wodal y alternativamente Fisk que sucede entre los eventos de Kotol y Wodal, cruzandose tangencialmente.

Cada una de estas cronicas tiene una numeracion que se basa en el orden de los eventos, esta narrado por personajes que son acompañantes a los protagonistas de las partidas y observado desde su punto de vista para cada uno.

El orden de lectura salta en ocasiones para cambiar de narrador, aunque el orden del lectura de la cronica va numerado por el numero en la cronica ( ejemplo : (Kotol 13) y luego (kotol 14)), los narradores tambien tienen su orden de eventos, los cuales siguen a unos personajes o una cadena de eventos en particular (ejemplo : Diario de la vidente 2 (wodal 3) y luego Gallel War Journal 1 (wodal 4) y luego Diario de la vidente 3 (wodal 5)).

Existen algunas partidas cortas como "Asalto a la Torre Negra" que se interceptan o hacen Xover con alguna de las campañas principales.

domingo, 31 de julio de 2016

Diario de La vidente 9 (Wodal 13)

Cuatro años después de la gran luz
Un día antes del eclipse.

Andrew Lionheart miro por la ventana de la torre de su castillo y sostuvo el collar que su esposa solía llevar. Había pasado tiempo desde que sostenía aquella joya en sus manos, pues demasiados recuerdos volvían a su mente y era una felicidad que se tornaba en amargura con rapidez.

Se perdió por un momento en sus pensamientos, hasta que  la luz fue cubierta de su vista y lo trajo de vuelta al presente. Ariel de Aesland  se posó en frente de la ventana haciendo una seña de saludo, la mera presencia del Ryujin trajo una sonrisa a los labios del rey, el cual abrió espacio por la ventana para que su viejo amigo pasara.

Ariel había venido todo el camino desde Aesland volando bajo la tormenta, llegaba con las buenas noticias de que su Reino finalmente estaba libre de su mágico encierro y que su gente había inmediatamente partido a retener cualquier avanzada de dragones que pudieran venir del otro continente.

El Rey de Aesland conto la historia de como uno de sus hijos y un grupo de personas de los Siete Reinos habían roto la barrera que los retenía, y sus historias hablaban de demonios enemigos y horrores provenientes de esa zona. Sin meditarlo mucho concluyeron que la mano de alguien en la distancia manipulaba resultados en esta guerra, a pesar de ello, el regreso de los Caballeros Leonarios,  La unidad de Jorelen y la reunión de amigos  y de  hijos en la ciudad les daba la señal de que era el momento adecuado para atacar con todo.

El príncipe Richter se precipito en la habitación  en compañía de Aios y  un segundo después tomo su  capa entre las manos revelando una figura atrás de él, esta  se movió con un par de piruetas y salto por encima de los hombros de Aios, precipitándose sobre la mesa con mapas y clavando una daga en una posición en la costa.

- Nuestras sospechas eran adecuadas- Musito con desdén William Baggins- va a liberar la gran bestia de lodo.

-Entonces finalmente le daremos fin a ese pendiente- dijo Ariel escuetamente.

-Pero eso es algo que solamente podemos enfrentar nosotros-  Afirmo Andrew- Esa es nuestra pelea.

-Padre, yo iré con los que van por Alastar- dijo Aios enérgicamente.

Andrew lo medito por unos instantes, sabía que la maldición no le permitiría a un Lionheart ponerle la mano encima a Alastar, era el precio que había pagado por derrotar a Xion. Aios no tendría oportunidad en la pelea, o quizás el resultado podría ser mucho peor, aun así su relación con sus hijos estaba  tan deteriorada que fue incapaz de negarle el deseo a su hijo.

-Muy bien- Asintió lentamente- Ve con los caballeros Leonarios, esa será su misión, ellos también tienen motivos.

Richter Lionheart escucho la conversación sombríamente, nunca había conversado de las razones de su padre para no hacer la guerra al dragón, para esperar o para atacar cuando lo hacía, de alguna manera casi telepática, Richter entendía  las razones de su padre, podía sentir el resentimiento de Aios  por las  decisiones que los demás tomaban, y aunque extrañaba su madre, no podía sentir el mismo afán o el mismo dolor que podía sentir en los demás, para él la venganza era secundaria, estaba más interesado en el final de este juego de ajedrez que Alastar y su padre llevaban jugando por años. Estaba más interesado en saber quién era el otro jugador que desconocían, el verdadero culpable de este conflicto, pero las pistas apenas comenzaban a aparecer.

-Entonces yo iré con la unidad de Jorelen- Musito sombríamente- nuestro trabajo es generar la oportunidad para los Caballeros Leonarios, no es así?

Todos en la habitación asintieron.

-Hay algo mas- apunto  William con incomodidad- hay un par de tareas que deben ser distribuidas, tenemos información acerca de varias fortalezas donde se supone se tienen prisioneros Leonarios, así mismo como está la tarea de investigar cual es el mecanismo con el cual Alastar controla al monstruo de Lodo. Este par de puntos están dedicados a delegaciones pero deben ser tenidos en cuenta en caso de que alguien encuentre algo sobre ello.

En ese momento el capitán Gallel fue anunciado por los sirvientes. El rubio joven en armadura dorada, ingreso a la habitación donde el rey lo miro con desconcierto.

-Gallel, porque estas tu aquí?- inquirió Andrew.

-Mi señor, el comandante Jorg ha recibido la mala noticia de que su hijo ha sido tomado prisionero.- respondió Gallel- esta recuperándose y  estará presente en unos minutos, pero me he tomado la libertad de venir aquí a solicitar que un grupo vaya en busca del pequeño. Con la muerte de su esposa, la pérdida del niño es un golpe fuerte en la moral de Jorg.

-Alguna pista de donde puede estar el niño?- pregunto Ariel consternado.

-Inteligencia de Muluar indica que vieron pasar un contingente enemigo llevando prisionero hacia un sitio conocido como la torre negra, en la península de la bahía de colonia, más allá del territorio de Muluar.

-Jorg Ha sido fundamental en esta guerra- comento decididamente Andrew- Destinaremos un grupo para que inspeccione esa zona. Sin embargo está lejos de nuestros objetivos principales. Así que no será ninguno de ustedes quien vaya. Dile  a Jorg que asigne a quien quiera.

Gallel se retiró, y con él, todos empezaron a partir hacia los lugares donde querían estar en aquellas últimas horas. Ariel y William fueron a designar sus órdenes a sus respectivos comandos, mientras que  Richter pasó parte de la noche con su hermana Helena contándole cuentos antes de que la pequeña fuera a dormir. Aios por su parte acomodo su equipo y estuvo observando a los Caballeros Leonarios desde lejos. Estos fueron citados una hora después  junto a la unidad de Jorelen y estos recibieron sus últimas órdenes del mismo rey.

Al pasar la media noche ya las órdenes habían sido dadas para todos y todos se preparaban, las tropas que irían por tierra se hallaban en los límites del primer círculo de bosque, mientras que todos los demás esperaban a punto de abordar sus Spelljammers. Aquella noche desde la ciudad era imposible divisar el cielo, pues estaba cubierto por las naves, de diferentes tamaños y a diferentes alturas.

Comenzando la  madrugada Lionheart salió a la plaza central de Leonaria, en el lugar donde había sido erigido el monumento a la reina Marian. Sus tropas y su pueblo estaban allí esperándole  y llenando cada una de las calles de la blanca Leonaria, los magos utilizaron sus poderes para que en cualquier superficie refractiva pudieran ver al rey de cerca, en su llamado a armas.

-Este día…- comenzó con palabras ahogadas-  Este día era uno que había evadido durante mucho tiempo, cuando  supe quién era mi enemigo, no hubiera necesitado ni mi espada para acabarle, para hacer justicia y para erradicar el mal que siempre había jurado combatir.
Sin embargo desde tiempo atrás cargo esta corona,  y la reina Marian me enseño que aquella corona representa un poder  sobre  este reino, sobre mis súbditos, pero más que ello es un compromiso. Un compromiso con todos aquellos que viven aquí, con cada mujer, cada niño y cada hombre que vive bajo mi techo y bajo mi sombra.

Ustedes están todos bajo mi cuidado, y bajo esa premisa decidir no atacar a mi enemigo,  pues aquel acto que podía ser justo ante el mundo  y ojos divinos, sería una afrenta contra otro continente, un continente que respaldaría a mi enemigo, si yo levantaba mi mano primero contra él, y sería una guerra donde no ganaría nadie y perdería a mi pueblo.

Durante mucho tiempo el conflicto solo fue un juego en nuestras naciones, políticas e intrigas y a pesar de estar harto de ello, cada minuto que lo aguantaba era un minuto de paz,  era sangre de Leonarios que no corría.

Pero el mal en sí, siempre quiere encontrar la manera de destruirlo todo y el precio fue pagado por mi familia, por la reina. Gracias a muchos de ustedes el enemigo se vio revelado y su ataque y su intento por destruir el continente en silencio ha fallado, Alastar de Aragonessem, el dragón negro ha sido revelado en sus intenciones, y ahora el otro continente ha retirado su respaldo, y solo los traidores y aquellos para los cuales su palabra no es nada  lo apoyan.

Esta larga guerra ha durado tres años ahora, y ha costado las vidas de muchos de nuestros seres queridos, ha distanciado padres e hijos, ha creado rupturas en nuestros hogares que tal vez jamás se resuelvan.

Pero finalmente y después de mucho aguantar nuestro enemigo ha perdido sus ventajas, ya no más apoyo de lugares desconocidos o de otros continentes, ahora esta pelea es ya solo entre ellos y nosotros, y esta vez marchamos a la batalla final, a terminar con esto de una vez por todas. No porque es el bien, o porque  es una causa justa, ahora marchamos por venganza, por todos aquellos caídos, por todos aquellos que ya no están. Pero que están aquí con nosotros!! -grito mientras golpeaba su pecho.-  Esta va por todos ellos, y por nosotros.

Ariel, observo con asombro el peso de la corona y el peso de la guerra en su amigo. Andrew Lionheart siempre había luchado por el bien. Él lo había llegado a considerar casi como uno más de los paladines que hubiera conocido en su vida, y sabía que en  el fondo era un ideal y un sueño que el guerrero de los claymore siempre había tenido. Así que en aquel momento cuando en el discurso a su ejército le hablo de venganza con fuego en los ojos, Ariel comprendió que su amigo había renunciado a su sueño.


El lugar se llenó de gritos de batalla que ni el rugir de la tormenta que arreciaba pudo callar. Una hora después todos partían en sus respectivas naves camino a la última batalla de aquella guerra.

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