El canto de los corazones rotos.
El condado de Heart era un lugar muerto, aún así varias poblaciones se agruparon entorno a él. Sus habitantes fueron personas enfermas, débiles y temerosas que encontraron como única forma de supervivencia el vasallaje, dependiendo de los nobles de su patria, una familia de hábiles comerciantes que de vez en cuando ofrecían ayuda a sus siervos leales: pan traído de tierras lejanas ya mohoso por el viaje, carne tan salada que apenas se podía comer, tubérculos duros y amargos, y un poco de agua del pozo real que ellos casi nunca usaban porque siempre estaban de viaje.
A pesar de todo siempre fueron bien recibidos por su gente y una vez al año celebraban el llamado festival de las luces donde los campesinos podían probar delicias frescas traídas de tierras lejanas.
Los habitantes del condado Heart se esforzaban trabajando en las minas de sal, arrancándole a la tierra algunas hierbas medicinales con las que sus nobles realizaban intercambios, y recogiendo en cuevas una que otra trufa para ofrecer tributo. Sus amos nunca supieron que este arduo trabajo era realizado con la mayor eficiencia, sus vasallos eran capaces, incansables y fáciles de mantener, el verdadero tributo hacia sus nobles eran ellos mismos.
Los Heart eran una familia de personas hermosas, bastante pálidas, la gente atribuía esta apariencia a las difíciles condiciones de su tierra y a sus pocos nutrientes, eran elocuentes con las palabras y de un rápido andar. Estos hombres y mujeres viajaban casi siempre de noche y hacia los reinos del norte, regresando con múltiples tesoros y riquezas de diversa índole, así como con algunos víveres para su gente.
Los condes de Heart eran personajes misteriosos, el conde mismo y sus sucesores jamás salían del palacio, solamente se asomaban en la noche para contemplar sus dominios. Esta imposibilidad para exponerse a la luz del día era la condición para mantener el poder, la bendición de Xion, que curó a la familia de una enfermedad mortal y le otorgó las dotes para poder mantenerse en este mundo.
El conde era visto por los campesinos como una figura bondadosa y abnegada, pues gracias a él, la tierra de sus ancestros perduró, y los mantuvo en ella a pesar de la dura vida que llevaban, ese era el tributo que debían pagar por la promesa y la esperanza de que un día el conde traería prosperidad y poder para las futuras generaciones.
40 años antes de la fundación de Leonaria el conde de Heart inició un plan para cumplir la promesa a su pueblo. Decidido citó a su familia al palacio y los reunió, estaba dispuesto a curar primero a su familia y luego a su gente de los remanentes de aquella mortal enfermedad que les aquejaba, usando los poderes de su deidad para ello.
El festival de las luces era el momento perfecto para este evento, el pueblo se reunió y por primera vez casi toda la familia real estuvo junta, el conde invocó los poderes de su dios aquella noche, pero esta vez la plegaria fue distinta pues leyó para todos el pacto original completo. La oscura deidad se manifestó devorando el festín, su familia y la gente de su reino, usando el poder de sus almas para hacer su divinidad más completa y poder marcar su presencia en este mundo.
Al fin habían sido curados de aquella mortal enfermedad que la vida en sí misma representaba, lo que solía ser finito, ya no era más, ahora el conde y su familia eran inmortales, los últimos liberados del yugo de la carne, podían recorrer grandes distancias y buscar las almas que la ascendida deidad necesitaba para mantenerse. A su vez el dios ya no tendría que sacrificar a su pueblo y a los que alguna vez fueron su familia, ellos caminaban eternos e imperecederos junto a los ancestros que tanto respetaban, defendiendo el reino de aquellos que portaban la enfermedad de la vida y curándolos de aquel mal.
El conde ahora podía ver completamente la extensión de su reino, y le gustó lo que vio, ideó un plan mayor, el mundo sería un gran lugar si todo fuera igual, si pudiera ofrecérselo a Xion, tendría un lugar a su lado, incluso el poder para algún día tomar su lugar y ser él quien curara de la enfermedad de la vida a todos, en todas partes, tomaría tiempo pero no había prisa, tenía toda la eternidad para hacerlo, reunió su familia y se puso manos a la obra.
Skip
El último bardo de occidente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario