Antes de la fundación de Leonaria el mundo en el que ahora nos adentramos tenía otras leyendas, aventuras, monstruos y villanos, algunas de estas cosas pasaron hace mucho tiempo tanto que para la mayoría de los humanos son fábulas élficas o cuentos para asustar niños no obstante se debe ser cuidadoso quien sabe que se puede encontrar allá afuera.
La orden de los vigilantes brillantes:
Para nadie es un secreto que hace más de 100 años el rey de la colonia y su ejército partieron a una guerra de la que jamás regresaron él se llevó consigo a un enorme ejército de hombres y mujeres aptos para la guerra, la ciudad estado y sus alrededores quedaron poblados por campesinos artesanos y uno que otro noble que en verdad no sabía pelear.
Un visionario sacerdote llamado Alec se dispuso en la tarea de defender a las personas de los ataques de los trasgos, de los bandidos, a resolver las disputas entre los comerciantes y evitar enfrentamientos innecesarios en los pueblos y hasta a bajar gatos de los árboles; además, en el pantano de Sodom emergían sombras misteriosas, seres impíos y maldades descriptibles por lo cual embargo la tarea se volvió titánica.
Este hombre aunque ya mayor decidido a ayudar a la gente y con la iluminación divina se dispuso a crear el pacto brillante, un codex que le permitiría enseñar a jóvenes dispuestos a proteger a su gente y la manera correcta de hacerlo. No muchos jóvenes se unieron a la cruzada, muchos ni siquiera supieron que lo hicieron, la recién formada orden no tenía templo ni escuela, el lugar de instrucción y entrenamiento era el mundo que debían defender y Alec era un maestro discreto que les mostraba el camino pero rara vez les acompañaba en el.
¿Cómo pagar el costoso equipo de una orden? Sin hablar del entrenamiento y equipo de los miembros. El buen Alec había salvado muchas personas, varias de ellas bastante ricas algunos hábiles artesanos y el en sí mismo era un gran artífice. Usando su humilde carreta como fachada equipaba a sus discípulos con armas poderosas y equipo imprescindible, sin embargo siempre les enseñaba a buscar por su propia fuerza aquello necesario para combatir el mal.
Entre los miembros más conocidos de la compañía brillante se encuentran Sir Tallos un hombre de la nobleza de la colonia que por su formación moral y espiritual, decidió proteger a su gente pese a las objeciones de su familia, a pesar de ser rico y saber vivir bien nunca usó el oro de su familia con fines egoístas y ni siquiera para su propia cruzada. Starky Van Hunttelunch, (funky paladin) el guardián de la armadura rosa, un festivo centinela con atavíos peculiares aparentemente innecesarios y con un gran sentido del estilo. La paladina Marian, ahora reina de Leonaria y varias de las encarnaciones de la paladina Elina.
Con el tiempo los paladines crearon sus propias escuelas, las ciudades que se formaron crearon templos y fundaron Órdenes para defender los inocentes. Los guardianes de la gente se establecieron el viejo Alec probablemente debió morir hace años. Los ejércitos han vuelto a formarse y el territorio occidental ha vuelto a ser un lugar seguro, sin embargo el pacto brillante está ahí, en alguna parte, copias muy bien elaboradas del codex pueden ser encontradas en Muluard, la Colonia y Leonaria y aunque ya no hay quien los dirija siempre se puede ver que un joven interesado en lo justo y noble que siente el llamado, coja un par de botas y una espada oxidada y salga a buscar iluminación, es seguro que ese joven encontrará ayuda sobre las ruedas de una carreta, tal vez ahora de la mano de un joven ciego.
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El último bardo de occidente.
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