Dia de la batalla.
Tiempo del Eclipse
Tomamos un minuto de descanso mientras contemplábamos
la última de las torretas antiaéreas que existía del lado de la montaña donde
nos hallábamos, la mayoría de las tropas se había quedado rezagado mientras nos
colamos por las trincheras mecánicas de Tecnarquia en busca del líder de los
vampiros.
La monstruosidad de lodo rugió del otro
lado de la montaña mientras los Spelljammer estrellaban todas las cargas de
agua salada que tenían preparadas contra él, en el bosque atrás de nosotros las
hojas se agitaron entre los arbustos y Richter Lionheart se
hizo paso mientras destruía un par de vampiros que nos acechaban.
- Estamos a salvo, no más tropas enemigas se
aproximan- musito escuetamente.
- uffff que bien - replicó Rina sentándose sobre un
tronco- ya estoy sin hechizos.
Isabela asintió de manera cuidadosa.
- yo también, pero podemos usar algunas varitas,
alguna idea de qué hacer cuando encontremos el tal Laceret?
- No te dejes morder - replicó burlescamente Kaen.
Isabela hizo una mueca y se adelantó un
poco donde Jorg Y Richter parecían planear el siguiente movimiento, me
aproxime a ella y camine en silencio por un rato.
- he estado contando sabes?- le dije aun si
mirarle
- Los enemigos que vencemos? -respondió socarronamente
- Eso es más de Kaen y Daerin no crees?
- Los hechizos, Isabela, tus hechizos. -respondí.
La clérigo camino sin devolverme la
mirada.
- Necesito que te enfoques en que terminemos estos Isabela,
no podemos estar conteniéndonos por si algo malo sucede.
- Es esa una orden Capitán- replicó Isabela con
fuego en la mirada.
- Es una sugerencia con alta vehemencia- musite.
La chica estaba a punto de responder
cuando uno de los dragones compañeros de Jorg aterrizó, estos usualmente
se mantenían en tierra cubriéndonos pero cuando nos hallábamos en necesidad de
algo de reconocimiento aéreo subían a revolotear por un rato mientras definíamos
la dirección en la que nos queríamos mover.
Nos reunimos todos y Jorg nos explicó la
situación, adelante en uno de los caminos que conducían a la montaña una gran
cantidad de tropas se habían reunido, Laceret el vampiro y el constructo
de carne quienes parecían ser los principales generales de Alastar llevaban sus
vástagos en una emboscada dirigida aparentemente a los Caballeros
Leonarios, nuestro sistema de comunicación estaba aislado en territorio enemigo
así que deberíamos cortar hacia las tropas esperando reducir el grupo.
Después de evaluar el mapa concluimos que
probablemente Alastar esperaba aplastar todo el lado derecho del condado con el
elemental de lodo, en la distancia sabíamos que el rey y sus amigos se hallaban
dando ataque a este enemigo, así que deberíamos confiar que ellos se encargarían.
Me tome unos minutos y trazamos una ruta
para evadir la mayor cantidad de enemigos, consiguiendo una posición ventajosa
en la montaña. Daerin retrocedió para dar cuenta de nuestra posición a las
tropas que venían atrás, así que Kaen tomó la posición de explorador.
Después de atravesar unos kilómetros,
hallamos un poblado a través del bosque que teníamos que cruzar, el poblado se
hallaba cubierto por una empalizada mal hecha que fácilmente podía ser accedida
sin mayor problema, dentro las familias vivían bien, tenían sus cultivos y
animales, se podía ver una ligera noción de prosperidad en el sitio. Kaen noto
que ni siquiera tenía guardias o defensas, los campesinos que estaban allí
viviendo estaban manejando aquel día como si el cielo no se estuviera
cayendo a pedazos, no había nadie esperando ejércitos que pudieran venir a sus
puertas y de tal manera decidimos evadirlos.
Después de la desviación que tomamos del
pueblo Richter estaba particularmente molesto, por el tener que hacer esto y
luego de observar un poco más cuidadosamente con los dragones nos dimos
cuenta que cada poco la situación se repetía.
- El muy maldito es benevolente con su pueblo- dijo
pateando una piedra- así ganemos esta guerra, la gente que ha vivido bajo
su dominio nunca tendrán la idea de que esto es justo, es más les ha
dejado prácticamente como escudos humanos, espera que nos equivoquemos…. aun
así ganemos esta gente jamás nos la ganaremos.
Jorg que se hallaba un poco adelante
de él se tomó un instante para meditar lo que el príncipe decía y sin mucho
decoro le respondió.
- Preferirías que fuera distinto? hay
gente encerrada a lo largo de toda la costa, prisioneros de Leonaria sí,
pero mujeres, niños, mi propio hijo está allí, la última información que
recibí dice que tal vez estén usándolos para alimentar el ritual que le
permite a Alastar controlar el gigante de lodo. Que esta gente no
sea más de los que están allí muriendo, es suficiente para mí, nos los
ganemos a futuro o no.
Richter lo miro fríamente por unos
instantes, y luego le replicó que tenía razón, la mirada del príncipe era
evaluativa, no sólo evaluaba a Jorg con lo que acaba de decirle, si no que de
alguna manera rápidamente se adaptaba a la idea de que todos en este
momento ya teníamos razones personales en esta guerra, todos habíamos perdido
hermanos, hijos y amigos en ella.
El grupo no podía estar más tenso para
aquellos momentos, a nadie le gustaba llevarle la contraria al príncipe, pero
Jorg era además nuestro líder táctico y a veces espiritual, Isabela llevaba un
buen rato esquivándome y Rina había empezado a jugar con una bola de fuego en
sus manos como era su manía cuando se ponía nerviosa.
El silencio caldeo nuestros pensamientos
por un buen rato hasta que la suerte nos sonrió finalmente por unos instantes
ya que un pequeño batallón enemigo se nos cruzó al salir del bosquecillo y toda
la tensión acumulada se liberó en la pelea.
Rina fue la primera en arrojar su bola de
fuego, ante la sorpresa y horror de todos, por un hechizo que sin duda en otra ocasión
hubiera sido bastante ruidoso. De alguna manera la maga había pensado en
ello previamente y la explosión fue silenciosa, ahogando el sonido alrededor
con una pared de ruido blanco.
Isabela utilizo sus canalizaciones de energía
una vez el fuego de Rina terminó de dañar los vampiros, más de uno
termino casi deshecho tratando de escapar en forma de niebla, pero entre los
dragones de Jorg y sus armas de aliento dieron cuenta rápida de los rezagados.
onstructo de Carne |
Junto a los vampiros había un par de
constructos de carne, el aspecto de estos como cuerpos rehechos de cadáveres
arbitrarios conservaba un aspecto aterrador entre los otros no muertos, pues
era imposible evadir la impresión de estar mirando alguien atrapado allí.
Los ataques de estos eran viciosos,
con uñas capaces de desgarrar mithril, un mal movimiento podía significar la
muerte así que decidí tomarme mi tiempo con mi oponente y alejarse del grupo
para irle incapacitando, desarmado pieza por pieza de donde había sido armado.
Richter por su cuenta tomó dos de estos
enemigos y les hizo pedazos en unos cuantos segundos, era imposible seguir sus
movimientos para saber qué hacía, el príncipe se movía con una velocidad
antinatural que dejaba sombras borrosas de sí mismo unos instantes en el
espacio, además especialmente contra no muertos y constructos el Claymore de
Richter se iluminaba con luz solar, formando en batalla un abanico de luces que
era más un espectáculo que algo que se pudiera estudiar.
Nuestra celebración de la pequeña victoria
fue corta, al salir del bosque Kaen nos alertó que al haber salido del bosque
la camino habíamos sido rodeados, detrás del bosque enemigos acechaban desde
las alturas y adelante un grupo separado de vampiros, constructos, enemigos de
tecnarquia y no muertos esperaba por nosotros.
Nos encontrábamos en un camino en la
montaña, de alguna manera atrás de todo el ejercito de Alastar que se dirigía
en dirección al viejo Sodom, adelante un gigantesco constructo de Carne sostenía
a Daerin desde su cabeza, y un pálido vampiro parecía espera nuestra llegada.
-Justo como la lagartija predijo- dijo el
vampiro - predijo exactamente por donde los soldaditos Leonarios aparecerían.
Bueno hora del espectáculo, solo tengo un par de horas antes de retirarme.
Richter se lanzó con su gran velocidad
hacia el constructo, pero el vampiro le intercepto y ambos chocaron a gran
velocidad estrellándose en los bosques, para nosotros fue demasiado tarde, la
monstruosidad separo el cuerpo de Daerin de su cabeza y lo lanzo hacia
nosotros.
El grupo de enemigos comenzó a cerrar
nuestras salidas mientras el monstruo de carne se acercó lentamente a nosotros
escogiendo su siguiente víctima.
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