Capítulo 5
Repentinamente varias de las ocurrencia de
la torre cobraron sentido, desde la aparición repentina del elemental, si que
claramente pudieran ver de donde provenía, hasta el ataque sorpresa del golem y
el inevitable punto donde de alguna manera tuvieron que haber adquirido la
alergia al Mithril. No se trataba de que hubieran pasado estas cosas por alto
de manera simple, el era todo aquello que se les habia escondido y
nublado, un ataque a sus mentes.
Era claro que los habitantes de esta torre
les habían estado esperando medito el Ranger mientras interponía una espada
impidiendo que el bárbaro les atacara, era muy probable que todo el
tiempo su propio compatriota hubiera sido usado como un medio para espiarlos y
probablemente por lo que podía ver ahora sin control alguno de sus
acciones.
El bárbaro se lanzó en frenética carga
contra el Ranger y este esquivo retrocediendo mientras usaba el ataque como una
oportunidad para que el bribón de alguna manera atendiera a sus compañeros, sin
embargo estos no eran los mismos pensamientos que este tenía, pues cuando
el bárbaro le dio la espalda mientras atacaba, este solo se perfiló mejor y usó
sus dagas para apuñalarlo en los puntos vitales.
El paladín uso el último aliento que tenía
y puso sus manos sobre su compañera monje, curando un poco, en su mente
sabía que ya no le quedaba más y se encomendó a su dios en caso que
fueran sus últimas acciones. De repente y cuando ya estaba casi entregado a su
destino, una sensación maléfica lo sobrecogió, y con una claridad repentina
sintió la presencia de sus enemigos en la habitación.
No tuvo tiempo para explicarse o para
preguntar cómo sus heridas se cerraron, había vuelto del borde de la muerte a
tiempo para presenciar como uno de su mismo grupo estaba dispuesto a apuñalar
por la espalda al bárbaro, y como un Mindflayer salía del fondo de la
habitación molesto de que hubieran sacado de combate a aquel que
controlaba como títere.
La criatura era un humanoide más alto que
todos los Leonarios presentes, de piel babosa de color grisáceo y en su
cabeza había una especie de pulpo de 4 tentáculos con ojos negros y
aceitosos que parecían ahogar la luz. El Ranger que se hallaba más
cerca fue se acercó a hacerle un ataque al grotesco enemigo, pero su movimiento
de espada carece de centímetros para acertar. Un instante después un sonido
blanco acompañado de un grito lleno sus mentes, paralizando por completo el
Ranger, el bribón y el paladín que se hallaba de pie tratando de combatir. El Mindflayer
después de haber aturdido a sus oponentes se paseo gustoso tratando de decidir
cuál mente saboreaba en un par de segundos.
La criatura se acercó, habiendo decidido
finalmente por el paladín como su cena, este cerró los ojos al ver
acercarse la boca de la criatura envuelta en los tentáculos y espero, sin
embargo el dolor nunca llegó y cuando el aturdimiento de su visión y oídos
se había ido, empezó a escuchar un constante golpeteo y el sonido de huesos
y carnes haciéndose pedazos. Observo con ansias buscando de donde provenía
el sonido y pudo identificar a la monje, que se hallaba encima de la criatura,
o de lo que era anteriormente, pues Ethel había destrozado con sus puños al
enemigo.
El paladín se acercó a la mujer y puso una
mano en su hombro tratando de indicarle que la pelea había terminado, con
un gesto de agradecimiento el paladín la ayudó a incorporarse y miro a
otro lado mientras su compañera se enjugaba las lágrimas. Estuvo a punto
de querer reprender al bribón pero la sensación de maldad aún
predominaba, el piso de arriba era hogar a aquella detestable presencia asi que
decidió priorizar su batalla y empezó a caminar escaleras arriba.
El grupo subió lentamente los escalones,
el paladín iba por delante del Ranger la Monje y del Bribón, inconscientemente
tratando de evitar más daño en su compañeros, al llegar al nuevo nivel de la
torre se encontró con un panorama similar al del piso anterior, con una prisión
con gente en si interior conectada a cables y tiras, cuerpos desollados
colgaban del techo y el piso recubierto por pedazos de piel y carne
incrustada., la habitación estaba llena de vapor de agua una sensación de
presión pesada en el aire.
El bribón realizó una observación rápida
del lugar, trampas evidentes no parecía tener y para fortuna del espíritu
del grupo, muchas mujeres y niños aún se hallaban con vida en los prisioneros,
una mirada a estos les hizo saber que el hijo de Jorg no estaba, no obstante
era una pequeña victoria que pudieran saborear en aquel instante y se
apresuraron a liberar los prisioneros y orientarlos a la salida.
Se hallaban casi a punto de terminar de
liberar los prisioneros cuando el paladín sintió la sobrecogedora presencia
malvada abrirse paso y descender de las escaleras que llevaban al siguiente
piso, se dispuso al combate con lo cual sus compañeros inmediatamente
reaccionaron y se pusieron alerta, ese instante fue suficiente para que
pudieran esquivar un grupo de relámpagos que surgieron casi de la nada.
Ante ellos apareció una figura macabra, un
hombre parcialmente descubierto, con su piel desollada enseñando de
manera evidente su sistema muscular, en la cara llevaba una máscara con
cuernos, uno de ellos se hallaba encendido en una flama blanca, a su lado un
figura fantasmagórica similar a un caballo le cubría la retaguardia.
De los ojos de la máscara se vio por un
instante un destello de color rojizo, alrededor del grupo el aire se
calentó rápidamente y con intenso dolor pudieron ver cómo su piel sufría
quemaduras. Motivados a no dejarse echar atrás por el dolor el grupo salto al
unísono al ataque sobre el enemigo, el Ranger no estaba completamente seguro de
la naturaleza de este enemigo y eso mismo le hacía dudar sobre las flechas que debían
usar contra él , El bribón no lo pensó demasiado y apenas estuvo lo suficientemente
cerca le ataco lanzándole una de las dos dagas que llevaba en las manos. la
figura fantasmal se interpuso al ataque y se materializo recibiendo el ataque
destinado a su amo, sin embargo esto solo había sido una distracción y el bribón
se deslizo por debajo del espectro mientras cruzo cerca a las
piernas de su enemigo, cercenando los tendones en los tobillos.
El ranger aprovecho el momento y se
decidió a atacar con una flecha sónica el caballo fantasmal, este había
decidido a voluntad hacerse corpóreo por un instante para proteger su amo de un
ataque de daga, esto le había salido bastante caro ya que gracias a
ello recibió no solo la daga del Bribón si no que el Ranger había hecho
suficiente daño, y el impacto sónico le obligo a alejarse unos metros de
su amo.
La monje aprovecho la apertura y lanzo una
patada hacia el enmascarado, el propósito de esta no era
hacer gran daño pues era consciente que su energía era limitada, si no de
posicionar adecuadamente el enemigo para que recibiera completamente el ataque
del Paladín. Este encomendó sus fuerzas a su dios y con una plegaria
solicito el poder para destruir aquella criatura que se hallaba frente a
el y aplastar el mal.
La espada del paladín descendió con fuerza
sobre los hombros del enemigo en frente, y de un solo movimiento atravesó
limpiamente al enemigo, partiéndole en dos pedazos, la monje aprovecho el
momento de la patada que acababa de lanzar y lo uso para girarse con otro golpe
hacia el caballo fantasmal, sin embargo este se había desvanecido con la
destrucción de su amo.
Les tomo un instante recuperarse del
ataque coordinado que había acabado de hacer y por un momento casi
dejaron escapar una pequeña sonrisa de victoria, pero esta se desvaneció cuando
sintieron un punzante y agudo dolor en sus pies.
Observaron con horror como la piel de sus
pies se había estirado y desollado de sus músculos y ahora juntos con estos
formaban tiras que se anclaban al suelo, la presencia maligna que desvanecía al
haber destruido al enemigo de la máscara había regresado y su
fuerza era más grande ahora. El enemigo de la máscara ahora no era más que un
cuerpo en el suelo que parecía no guardar gran parecido a lo que habían
enfrentado.
Un sonido de llanto y sollozo proveniente
de las escaleras les anunció la llegada de un niño, no les tomo mucho tiempo en
identificar que se trataba de Mihael, el hijo de Jorg, aquel que habían venido
buscando desde un principio, el chico ya casi no tenia lagrimas en sus
ojos y podía verse el rastro de estas secándose en su cara, a pesar de
que no se hallaba aparentemente herido, sus brazos se hallaban hinchados
e iluminaban con un color rojizo, y su estomago se hallaba hinchado también,
e iluminaba de color verde intenso.
Atrás, una figura humanoide cayo por
las escaleras perdiendo la piel de su cabeza, y dejando al descubierto
unos brotados ojos vacios que miraron al grupo con desesperación y en su último
aliento le susurraron al grupo que su enemigo ya se acercaba.
Cantos de Guerra terminara en Cantos de Guerra 4.
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